Montevideo - Buenos Aires

De pelotas luego de desayunar con dos argentinas, cordobesas, decido emprender el viaje rumbo a Montevideo. El destino, cumplir un sueño dentro de este sueño, y encontrar a un amigo...

La Saeta lista para partir de Pelotas, y la lluvia empecinada en acompañarnos.
Partir de Pelotas rumbo a Rio Grande, pegado a la costa, y en dirección de Santa Vitória do Palmar, ruta que me encanta, muy lindos paisajes y vegetación. Por momentos los árboles a un lado y otro de la ruta se unen y se forman túneles hermosos. El tránsito es bastante tranquilo.
La lluvia se hizo presente todo el camino. Pero venía bien, tranquilo, disfrutando ese paisaje, cuando de pronto siento un sacudón terrible al cruzar un camión... Si no llevaría el caso atado me lo saca limpito!! Nunca había sentido algo igual, si creía había sentido camiones fuertes en el tramo anterior, esta parte de Santa Vitória do Palmar me enseñó que había peores... Y fueron ocho camiones así, todos de igual intensidad, me levantaba la cabeza con la fuerza que tenía el viento al pasar y me obligaba a tomarme fuerte del manillar. Comencé a agacharme cada vez que venían porque la sensación era un sacudón muy importante y el más fuerte que había sentido sin duda.
Y aprendí porque sucedía eso... es cuando el viento da perpendicular a la ruta, y en dirección de izquierda a derecha, cuando es así no te salvás... Nunca sabía porque había camines que sentía y otros que no. Ahora creo interpretar es así, es la dirección del viento, y la velocidad del camión que venían rápido... pasé varios camiones que iban a 110km/h...
Sigo el camino y me pasa una BMW 1200 a mil por hora!!! Luego baja la velocidad detrás de un camión porque venía otro de frente y la alcanzo. Me coloco formando el tándem con el como si estuviéramos viajando juntos, pone el guiñe, me hace señas y lo pasamos juntos. Luego me saluda y desaparece en la ruta.
A los 30km veo la BMW al costado de la ruta, y como buen motoquero paré a ver si le había pasado algo. Estaba todo bien, simplemente parada de descanso.

 
Así conocí a Roberto, un brasilero, paulista. Estaba viajando a Usuahia. Habalamos un largo rato, le deje por si necesitaba algo a la vuelta cuando venia por mendoza una tarjeta de la FUNDACION M.A.S, para lo que necesite.
Me pregunta donde iba, le digo que para Montevideo. Y el también se dirigía al mismo lugar. Quedamos en vernos para cenar juntos y seguir hablando. Nos despedimos, el gustaba manejar rápido, y en esa nave como para no...

 
Nos sacamos unas fotos y nos despedimos. Seguí camino rumbo a la frontera del Chuí unas horas. Paré a comer algo ahí, compré unos regalitos más, lubricante para cadena, se lo coloqué, di unas vueltas y cargué nafta.

 
Cuando estoy por salir, alguien que me dice. Fernandu!!! Era Roberto... Yo pensé estaba en Montevideo ya, pero me cuenta que paró a comer un rato. Así que pasamos la frontera juntos, por primera vez en el viaje me piden los papeles al entrar a Uruguay, hicimos los tramites y seguimos varios kilometros juntos. Luego desapareció y quedaba pendiente la cena.
Me quedaban todavía 250km para llegar a mi destino y parada, Montevideo.
Y como les contaba y le conté a Roberto, lo primero que pensaba hacer era visitar a un amigo. Claro está, el ni sabe que yo soy su amigo, pero para mí es uno de los mejores que tengo. Ya en otra oportunidad fui a visitarlo y no lo encontré. Sólo se que frecuenta este bar. Y lo primero que pensé cuando eché a andar km a la vuelta fue encontrarlo, simplemente agradecerle por todo su legado y contarle que gracias a él yo encuentro las palabras para explicar muchas veces que es lo que siento.
Pero no tenía ni la dirección, así que un amable taxista me explico bien y me sacó hasta la avenida que iba a conducirme al Café Brasilero, para cumplir mi sueño de conocer a Eduardo Galeano...
 
 
Estacioné La Saeta en la puerta, me bajé todo aparatoso y un tanto mojado, respiré y entré.
En este lugar se respira un aire de buena vibra, ni bien entrás te reciben con una sonrisa.
Veo que venís de lejos parece, me dicen. Si, un tanto, estoy viajando en moto... Y le conté.
Eduardo? pregunto.
Eduardo en enero se toma un poco de vacaciones por acá, en febrero vuelve a aparecer, pero ahora es difícil aparezca..
Otra vez será entonces, pero me servis un café y le contás que anduve por acá?
Claro, que te sirvo?
Un café, y algo dulce, esa torta de pera...
Me senté en la mesa que por fotos veo en reportajes se sienta el y me dediqué a disfrutar ese momento en ese hermoso bar.






 


En el bar me recomendaron un hostel en frente, pero segui buscando algo más barato. Preguntando en la calle terminé en un hostel del centro cultural. Gente con muy buena onda y predisposición que me dejaron entrar la moto al lugar por medio de una tabla. Tenían clases de tela, candombe, circo, etc... Y también era un hostel. Conocí a Esmir, un chileno, mi compañero de pieza, a un Colombiano y dos chicas colombianas. Todos buena onda. Heché la moto a dormir y yo también mientras sonaba la guitarra y la voz de Esmir de fondo.

Me desperté por la mañana, con la ilusión de viajar sin lluvia, pero no... Se escuchaba el sonido tan amado para dormir en esos techos de casa antigua, pero con la diferencia que yo estaba despierto y debía comenzar a viajar otra vez. Así que nuevamente coloqué el traje de lluvia y a empezar.


 
Como llovía!!!! Por favor!!! Estaba cansado y molesto por tanta lluvia...
Me daba fuerzas a cada rato, y el equipaje no se que pasaba que me apretaba contra el tanque de la moto y me aplastaba los que te dije...
Ni bien salí el GPS me manda por otro lado, yo quería ir por la ruta 1, y me mando por otro lado. pregunté en esa estación de servicio donde estaba, como hacer para la ruta 1 y no me convenía volver. Estaba en Santa Lucía, tenía que ir para san José y luego tomar la ruta 1. Hice km de más, con lindo paisaje, pero muchos charcos y cada auto que me pasaba era un baldazo de agua al pecho, ni se fijan en esos los autos, no se les ocurre pensar que te van a salpicar... Que poca solidaridad de los autos en la ruta hermano!!!! A veces pienso que es lo mismo que hacen las motos con los autos en la ciudad... En cambio los camioneros se portan muy bien con las motos, por lo menos conmigo siempre a disposición.
Cuando logro tomar la ruta 1 llovía peor, y pensé, basta voy derecho a Fray Bentos y no hago un km de más, no hay mucho para ver con esta lluvia... Tomé la ruta 2 y derecho nomás. Peeero... No saben los pozos que había ahí... para qué? Me morí´, y sentí el cansancio como nunca... Para colmo, la humedad del traje comienza a pasarse y me mojé todo, campera, piernas, guantes, billetera, y empecé a tener frío... Puse la mente en blanco pero la ansiedad era más fuerte.. Fray bentos no llegaba más!!!
Terminé haciendo 357km y tardé 5hr aprox... Quizá más...
Me acordé de mi viejo, que quería hagamos los últimos km juntos, porque el sabe lo duro que se pone en ese momento el viaje. Y me di cuenta que tenía razón... Hubiese sido lo mejor, pero yo temía no encontrarme con el y no quería estar pendiente del estrés de tener que estar a tal hora en tal día.
"Más sabe el zorro por viejo que por zorro...", claro que si. Otro aprendizaje más.
Logré pasar la frontera URU-ARG, por fin llegué, cruzar el puente me decía que estaba cerca.
Paré en Gualeguaychú. Y recibo un llamado de mi amigo NACHO, que me levantó un montón, me hizo saber que ya estaba cerca, me dio aliento, un fenómeno, sabía que estaba conmigo y luego de un buen descanso emprendí el último trecho.
 
En la moto hay algo más que aprendí, las tormentas se identifican mejor que en el auto, y uno puede ver a los lejos lo que se viene, y en función de la dirección de los vientos sabés si te agarran o no.
Tenía dos, una a la izquerda, muy grande y ya iniciada, y otra a la derecha, mas leve. Una de nubes negras y la otra de nubes blancas. Si seguía así pasaba por el medio, si el camino me hacia doblar agarraba alguna... Doble y toqué la más oscura por la punta digamos, me hacían doler las gotas en el cuerpo con lo fuerte que llovía, pero pro suerte fue un momento...
De ahí zarate, campana, panamericana, Lugones... Agradecí a la moto que viajo que se bancó todo, tremendo fierrazo!!! Sarmiento, coronel diaz y casa...
Si Casa...






No se como agradecerles a todos, simplemente GRACIAS por estar presentes, es muy lindo e importante al viajar sentir el afecto de los demás, hace que te sientas acompañado y feliz.
Aprendí cada km que pasé algo nuevo, no creo en nada pero agradezco a la suerte que se que también estuvo presente, como cuando estuve a un metro de chocar con un perro que se cruzó en un instante de la ruta... Y seguiré aprendiendo, siempre con respeto y admiración de saber quien manda, lo tengo claro, y la naturaleza es la que marca el ritmo del viajero.
Pasé momentos increíbles, conocí gente, lugares, paisajes, y viví horas arriba de la moto... No se si será hernecia de mi Padre, no se si los genes realmente tienen que ver, pero si es así, gracias Viejo por tu locura, gracias Mamá por tu cariño, por tu amor, por bancarte el sufrimiento y el miedo que sentis cuando me subir a la moto y simplemente escuchar el sonido del motor. Gracias a mi mujer y mi hijo que son los que más me sufren, pero más me aceptan, gracias a mis hermanas, a mis amigos... A todos se los agradeceré personalmente, todos me brindaron tiempo de su tiempo. GRACIAS.
Cumplí parte un sueño, mejor dicho, la mitad de un sueño...
porque voy por el sueño mayor también!!!
 
2016, 2017?
De Praia Em Praia de sur a norte?
Porque no?
Antes queda Patagonia con mi compañero de ruta Huguito, viaje con el viejo....
Y más, siempre hay algo más...
 
 
 
 
 



1 comentario:

  1. Hijo querido ,, la verdad que tus relatos , son mis relatos , es asi ,, la moto tiene sensaciones unicas .. Me siento muy feliz que ayas disfrutado tanto este viaje ,, la lluvia y los inconvenientes que suceden son parte de esta experiencia ... FUERZA QUERIDO HIJO !!!!! TE QUIERO CON EL ALMA ... PAPA...

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